El mediador como persona capacitada para dirigir y guiar el proceso de mediación entre personas involucradas en un conflicto, debe reconocer que los acuerdos tomados en las negociaciones son realizadas voluntariamente por éstas, porque el papel principal del mediador es ayudar a los mediados a alcanzar una solución a su conflicto, por lo que no puede obligarlos o presionarlos a tomar acuerdos.
La neutralidad, imparcialidad y confidencialidad son principios que debe poseer el mediador, debido a que éste durante todo el proceso de mediación debe manifestar toda afiliación con los mediados y no tomar partido con ninguno de ellos, además de auxiliarlos por igual, y no puede el mediador revelar la información dada en la sesión privada, que es realmente lo que le da seguridad y confianza a las personas para acudir a este tipo de proceso para alcanzar un acuerdo mutuo.
Durante el proceso el mediador no puede hacer ninguna afirmación falsa, engañosa o injusta relacionada con el proceso, solamente debe encaminar el proceso para que los mediados puedan por sí mismos encontrar una solución al conflicto. El mediador debe poner todo su empeño, técnicas y habilidades para lograr tal objetivo, demás está decir la ética y el buen comportamiento de éste durante todo el desarrollo del proceso.
En un proceso de mediación no puede ocurrir que el papel del mediador se confunda con un abogado, aún y cuando éste profesionalmente lo sea, lo mismo ocurre si el mediador profesionalmente es psicólogo, éste en las sesiones de trabajo de la mediación, los mediados no pueden pretender que éste les de terapia porque realmente la mediación familiar no es una terapia, sino una forma alternativa de resolver los conflictos interpersonales.
En dicho proceso se debe lograr que los mediados restablezcan su comunicación, en cuanto menos hable o participe el mediador en el proceso, más protagonistas serán ellos, sin dejar de un lado que se fraccione el proceso por la no presencia de una serie de mecanismos o habilidades del mediador para llevar a cabo el objetivo principal que se espera de la mediación, que si bien no se llega a un acuerdo tomado por los mediados, por lo menos, tratar de que ellos mejoren sus relaciones futuras a partir del entendimiento.
El mediador no debe considerarse limitado a mantener la paz o regular los conflictos en la mesa de negociaciones. Su papel debe ser el de una fuente de información humana activa para las partes y debe estar preparado para brindar sugerencias esenciales y de procedimiento, alternativas que ayudarán a las partes a encontrar por sí mismas la mejor solución que ellas consideren.
En V A contamos además con el asesoramiento técnico de profesionales que nos permiten el abordaje amplio del conflicto logrando una comprensión interdisciplinaria cuanto el caso lo requiera, y en tal sentido consultamos y participamos de las problemáticas a peritos o especialistas de las diferentes áreas, como ser psicólogos, arquitectos, ingenieros, escribanos, contadores, etc, previa autorización de los mediados.
Continuaremos informándolos sobre este método participativo de resolución de conflictos invitándolos a consultarnos en un ámbito de estricta confidencialidad.